De brujas y de pesos

La cosa está tremenda en la Casa de Gran hermano 10. Y es que tengo tantas cosas en la cabeza dando vueltas, que me cuesta mucho parar y comenzar por una. Pero voy a hacer el intento.

La protagonista indiscutible de la semana es la 'bruja Loli'. Creo que todo comienza la semana pasada cuando en varias ocasiones se enfrenta a Iván, y a partir de esa cara y dedos mostrados, cambia radicalmente el perfil, para desde un punto de vista mas victimoso, pedir que la nominen porque ya no quiere estar ahí (eso, sumado a no querer comer con todos en la mesa, por evitar hacerlo también con el modelo).

De la Loli ordinaria en las discusiones, pasamos a una Loli víctima y hasta infantil: "si el está aquí, yo como allí", con la mediana aprobación de algunos compañeros que parecían consolarla (¿de qué?). Como lo hablábamos el otro día, tengo la sensación que Loli quería ser nominada (de mentiras, como implorando que no), para exponerse a la audiencia. Pero esta calculadora rubia, no contaba con que IVán volvería de la Sala de expulsión, y eso fué como una bofetada en toda la cara: la audiencia ante las trifulcas de la semana, había salvado a Iván. Si a eso le sumamos el comentario de Mercedes Milá en cuanto a que "quien se quiera ir, que lo haga", la peluquera se desarma (y llora histéricamente).

El papel que se había inventado de chica 'de su hogar', 'cateta' y buenita, ya no se lo creía nadie, y ella misma se siente incapaz de sostenerlo. Por eso, me parece a mí, que esta semana se ha distendido, y nos ha mostrado su verdadera cara: mala, manipuladora y feísima.

Y en esos juegos ya venía bailando Nani. La madrileña no soporta al más nominado, porque le resta tiempo de estar con su querido Orlando, y no creo que exista mucho más. Pero se ha pegado como una lapa a la mala malísima, pareciendo su dama de compañía.

Pero para llegar al triunvirato, faltaba una doncella dolida por la partida de su amado, que no tarda en culpar a su anterior hombro (de lágrimas), de la salida temprana del empresario que no la quiere. Loli, que es más lista que nadie, luego de que se ha hasta burlado de la canaria, la lleva a sus redes, manipulándola de una forma tan vergonzosa, que la estimula para que vaya peleándose con el modelo, que ella la apoyará cuando se la monte. Un despropósito total, que a la única que no beneficia es a la canaria, que en este mareo de sensaciones, parece ser aún menos lista de lo que aparenta.

Y así las tres, que estarán juntas por poco tiempo, se transforman en las brujas despiadadas, capaces de ignorar a la dominicana porque aún habla con Iván, sacarle el pellejo al susodicho, y también malmetiendo con Almudena porque sigue siendo amiga de su amigo (cuando me acuerdo que IVán ha sido incapaz de nominar a Ché con 3 puntos, por Gisela, se me revuelve el estómago).

Pero lo de Loli es fuerte, hacía tiempo que no veía tanta maldad en la mirada y palabras de alguien (seguramente la última vez que ví ésto sería en alguna película de fin de semana de las 3.30 de la tarde, o en algún culebrón en la casa de mi abu). Tengo la idea de que es una chica frustrada, porque sino, no se puede destilar tanta cosa fea. Nani me parece que es muy elemental, pocos brillos además de sus dientes. Y Gisela, no lo sé, seguramente se arrepentirá luego de la partida de Loli. Y no por ser buena, sino porque sigo pensando que es muy limitada.

Ahora Gisela también está enojada con Liz, porque aparentemente le dijo 'gorda' (y este era otro de los temas que quería tocar). Vale, Gisela ha subido de peso, está rellenita, pero de ahí a estar gorda hay un camino largo (lleno de galletas y nocilla). Claro que no es lo mismo que engorde yo, que vivo como cualquier oficinista de este país, que engorde alguien que ha pretendido vivir de su imagen de mujer sexy (con semidesnudos incluidos). Eso debe jorobar, pero ya no porque se lo recuerden (Mirentxu se lo ha dicho con menos tacto), si no porque ella misma está siempre muy atenta a lo físico y ese tipo de coqueterías. A mí me sigue extrañando que para haber subido de peso como lo ha hecho, no se queje que la ropa no le entre, y es más, que se haya llevado ropa mucho más grande. ¿Es que lo preveía?

Obviamente Gisela está canalizando las ansiedades en la comida (¿es que a ninguna nos ha pasado?). Si le sumas al estrés por el encierro, a que no están trabajando 'fuera de casa', no tienen a su familia y amigos (canalizadores seguros de estos procesos de ansiedad), que tienen pocas posibilidades de liberar tensiones hasta de índole sexual, a mí no me resulta raro que Gisela engorde (seguramente también tendrá tendencia).

A mí lo que me parece un poco hipócrita de nosotros mismos, es que aplaudamos una publicidad de Dove, 'por la belleza natural', y no le perdonemos a una chica bella, que cometa el pecado de la gula, con la nocilla y las galletas. Sigo pensando que esa especie de obsesión por estar flaca, no tiene absolutamente nada que ver con la seducción, sino más bien con una necesidad de encajar en ciertos patrones establecidos por las modas.

Mañana le diremos adiós seguramente a Loli y será una Gala imperdible. Espero que también le digamos adiós al fenómeno brujeril, porque sino, la casa se nos queda sin casi mujeres (Miren podría encajar en este perfil, pero va por libre).

En verdad, yo preferiría que se fuera Nani, pero parece que hasta el Programa no está interesado en que salga ella. Porque decidme, ¿a razón de qué confunden a la audiencia con que para irse Nani deben escribir "Estefanía", si cuando la idea es echar a Loli, no hay que escribir "Dolores"?

Pueden pasar muchas cosas todavía hasta la Gala (que compartiremos como siempre junto a Vero en este Blog), así que ¡estaremos muy antentos!

¡Buenas noches para todos y todas, y buena vida!